Ella es preciosa, con su sonrisa perfecta y sus ojos llenos de vida. Es divertida y le gusta aprovechar el tiempo. Nunca deja pasar una oportunidad para cumplir sus ansiados sueños. A veces puede cabrearse un poco demasiado pero aún furiosa se ve hermosa. Nunca se anda por las ramas, siempre sabe lo que quiere y va directa a ello. Ella tiene algunas heridas que aún tienen oportunidad de sanarse. Siempre consiguió sacarle partido a todas las cosas que se pudieran mover y nunca se dejó arrastrar por la negatividad. A veces podía llegar a ser demasiado cursi con tantas novelas románticas. No podía creer que la maldad existiera, prefería vivir en su propia burbuja. Cuando salía por la noche lo daba todo y a la mañana ya no podía articular ninguna palabra que no sonara como si algún animal estuviera herido.
Adoraba cualquier animal menos a las moscas, que se posaban encima de su bocadillo cuando iba a caminar por la montaña. Se consideraba fan de Justin Bieber como la mayoría de chicas de su edad. No le prestaba mucha atención a los chicos, sus ojos solo estaban puestos en sus amigas. Antes de irse de casa se peinaba el cabello al menos cien veces hasta que se quedara completamente liso. No podía estarse quieta nunca, tenía que tener algo siempre en sus manos y estar ocupada. Algunas veces le lanzaron mensajes ofensivos pero ella los ignoró al completo aunque en el fondo le dolieran. Le gustaba cocinar y que su abuela le enseñara nuevas recetas cuando la visitaba los fines de semana. Le gustaba aprender cosas nuevas y aprender sobre nuevas culturas. Cuando pasaba cerca de una agencia de viajes aprovechaba para coger alguna revista con suerte de encontrar el nuevo destino para un nuevo viaje. Aunque sus amigas se rieran de ella, le gustaba leer revistas que tal vez solo leyeran los viejos.
Siempre intentaba ir en tendencia, no para llamar la atención de los chicos, sino para hacerles envidia a sus mejores amigas. Podía ser muy complicada a veces y nunca se callaba las cosas. Tenía un fuerte carácter digno de admirar aunque a veces se pasara de la raya. Hablando de comida; cuando iba a la playa siempre se llevaba una pizza para ella sola. A veces le entraban muchas ganas de comer dulce y solía mezclar todos los sabores. El olor de los libros viejos le gustaba más que el de los nuevos, porque pensaba que escondían secretos. Veía las películas que verdaderamente le gustaban unas doce veces hasta que terminaba harta de ellas (lo mismo con las canciones). Tenía una terquedad increíble y cuando se obsesionaba con algo no paraba hasta conseguirlo. Había tenido algunos besos vergonzosos que intentaba olvidar por todos los medios. Era hija única y a veces pensaba en lo que pudiera haber pasado si tuviera un hermano. Cuando tropezaba con algo y no se hacía mucho daño, se reía de ella misma para aliviar el poco dolor y la vergüenza.
Ella era la vida en persona, hasta que tú llegaste y pudriste las flores del jardín. Cada día para ella era una pesadilla, pero para ti solo eran pequeñas clases de diciplina. Deberías tener vergüenza de ti mismo por convertir a una criatura tan preciosa en la nada. ¿Pero sabes que? Ella ha vuelto, la verdadera ella. Y estoy orgullosa de decirte que…
…nunca será tuya.
Palabras Cosidas
Palabras Cosidas 