Sueños que no se cumplen

Desde pequeña que escribir me hacía sentirme viva. Ayer pude recordar lo que sentía al escuchar ( eso si, por medio de llamada ) a mi prima leer su historia.

Había una vez un rey que tenía a una hija que quería ser princesa. Cuando la hija creció se hizo princesa.

No pude evitar reír. Aquello era ridículo pero quién era yo para decirle eso a una niña. No, tan solo la felicité y la animé a seguir escribiendo. Recordé cada una de mis historias. La del pez enfermo, la de la mariposa sin alas, una de un perro y un conejo y muchas más que no recuerdo. Y vaya, mis historias no valían nada, pero mientras que yo cada día escribía algunos se pasaban el día haciendo nada. Y ahora puedo decir que escribo bastante bien, pero no lo suficiente como me gustaría.

Hoy me he sentado a escribir. Mejor dicho, todos los días me siento a escribir. Produce el mismo efecto que produce en mi la lectura. Siento que todos mis problemas se aflojan y me centro en ese nuevo mundo y con esos diferentes personajes. Me encanta ponerme en la piel de una chica rebelde y independiente y hacer cosas alocadas que quizás nunca haga en la realidad. Me encanta odiar a algún personaje, hace que lo sienta más real y cerca de mi. Y a veces me encariño demasiado con otro y si tengo mala suerte y muere, pues siempre me caen lágrimas aunque lo haya creado yo. Y eso es lo que me produce leer y escribir, un remolino de emociones que persisten incluso en mis sueños.

Hay algunas personas que me ven como un bicho raro. Tampoco digo que sea uno, pero tan solo por el hecho de que me encante leer y escribir parece que ya no encajo en mi entorno. Bien, pues desde aquí os dedico algunas palabras. Meteros en vuestros asuntos y dejadme en paz. Si queréis estar con el móvil, allá vosotros, pero no me hagáis sentirme mal por un buen libro. Pero al menos se que en este pequeño rincón hay gente que siente lo que yo siento y eso me da ánimos y ganas de seguir leyendo y sobretodo, escribiendo.

Nunca os he dado las gracias por ser tan maravillosos. Y lo mejor de esto es que se quedan los verdaderos lectores. Los que están de paso pueden aparcar aquí y me harán muy feliz. Pero los que están desde siempre, gracias. Gracias de verdad. Ya nos vamos del tema…

Pero hay sueños que no se pueden cumplir. Hay sueños que pasan rápido como una estrella fugaz. Y no te da tiempo a cogerlos. Hay demasiados novatos que se abren paso por el mundo de los escritores. Simplemente creo que es demasiado pronto para mi. Que el tren aún no ha llegado. Y si, puede que mis ambiciones y sueños nunca se cumplan. No negaré la cruel realidad. Lo que si se es que yo no dejaré de luchar y de mejorar. Y quizás algún día vea mi nombre en alguna portada de libro. Cuando eso pase, avisaré…

Palabras Cosidas


4 respuestas a “Sueños que no se cumplen

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