Me gusta la forma en la que me miras. ¿Qué digo? Me encanta. Cuando tus ojos se posan en mí, veo lo que tanto tiempo he ansiado encontrar: que alguien me mire con amor. Con un sentimiento tan profundo que verdaderamente no hacen falta las palabras. Hay besos que sanan, pero palabras que rompen. Tus besos aceleran el proceso de curación de mis heridas, las cicatrizan, las cierran, a la vez que aceleras los latidos de mi corazón. Y contigo todo son palabras bonitas. Palabras que a mis oídos, suenan como una poesía. Palabras que me ilusionan y me invitan a imaginarme un futuro contigo.
Cuando te conocí, nunca hubiera imaginado que llegaríamos a este punto. Al punto de levantarme cada día, queriéndote más y que ese amor sea tan recíproco. A pesar de lo cursi que soy, siempre he tenido mis momentos depres y si hubiera sido una película, estaría sentada en el sofá, tomándome el helado directamente de la tarrina y con una cuchara de esas que se ven tan grandes cuando somos niños. Pensaba que a lo mejor, a pesar de lo poco que he vivido aún, el amor no era para mí. Que quizás no había ni una sola persona en todo el planeta Tierra que lograra comprenderme, amarme y valorar cada parte de mí. Que me dijera lo mucho que me quería entre beso y beso, susurrándome en mis labios y acariciando mi piel que quemaba con cada roce. Y mientras yo pensaba en el amor de mi vida, que ironía la mía, puesto que ya te conocía. La vida es preciosa a tu lado. La vida está llena de purpurina, de colores pasteles y de color rosa. Me dan ganas de subirme a una montaña y gritar a pleno pulmón lo mucho que te quiero y todo lo que siento por ti. Y ojalá nunca dudes de mi amor. De que voy a estar en las buenas y en las malas, apoyándote pero siempre contigo. ¿Quieres que te sea sincera? Veo un futuro juntos. Veo como hemos estado funcionando hasta ahora, nuestra forma de solucionar problemas, lo mucho que nos queremos y lo bonitos que son los momentos que estamos juntos. Y sí, te veo a mi lado.
Porque a pesar de todas las diferencias que podemos tener, a pesar de las discusiones más fuertes que algún día podrán venir, a pesar de todas las veces que la hemos cagado, a pesar de los momentos en los que se ha llorado de felicidad o de tristeza, el amor lo puede con todo. Siempre había pensado que esa frase no era cierta. Que el amor a veces no podía con todo, que no podía lidiar con las distancias, las discusiones, todas las diferencias, pero me equivocaba. El amor lo puede con todo, siempre y cuando ese amor siga ahí. Y mi amor siempre va a estar. Una semana sin verte se me hace eterna; una vida sin ti sería simplemente insoportable. Una vida sin escuchar tu risa, sin acariciar tus mejillas (que conste, me encantan), sin escuchar tu voz que hace que las mariposas en mi estómago estallen, sin tus besos, sin la chispa de alegría de tus ojos… Una vida sin nada de eso, no la quiero. Una vida donde tu no estés, deja de ser una vida para mí. Nuestro amor sí que lo puedo con todo. Quizás el de los vecinos no, aunque tampoco lo sé a cierta ciencia. Pero el amor que tu y yo tenemos es más fuerte de lo que crees, de lo que nadie cree.
He venido para quedarme. Para ir a la playa contigo y que me lances al agua, para que discutamos sobre quién invita a quién a un helado, para que mires cien veces más Titanic a mi lado e intentes no morirte del asco, para seguir debatiendo el nombre de nuestros futuros hijos (lo siento pero no será Pascual), para abrirte mi alma, para amar cada parte de ti, para que me sigas poniendo bichos en mi cara y despierte a todos los vecinos con mis gritos y en definitiva, para seguir amándote como lo hago. Después de haberte encontrado, de haber conocido a una persona tan especial, sería una tonta si decidiera perderte. Y para suerte de los dos, no está entre mis planes. Declaro aquí y ahora, mi amor por ti a todo Internet. Te quiero. ¿Qué digo yo? Te amo. Hoy, mañana y siempre.
Palabras Cosidas.
Palabras Cosidas 